El por aquel entonces jugador del PSG Ronaldinho Gaúcho empezaba a deslumbrar a medio mundo con sus jugadas de otro planeta. El Mundial 2002 de Corea y Japón era el escenario idóneo para dejar al mundo asombrado. Y así lo hizo. Ante Inglaterra en cuartos de final marcó el que posiblemente sea el mejor gol del brasileño con la selección carioca. Una falta estratosférica que tras una anormal parábola fue a parar a toda la escuadra.
Ronaldinho decide la eliminatoria
Que mejor manera de que tu equipo gane que remontando con un gol de falta antológico. Era el minuto 50 de la segunda mitad con empate a uno en el electrónico cuando Paul Scholes cometió una falta sin aparente peligro sobre Kleberson. Ronaldinho colocó el esférico a unos 35 metros de la portería contraria y se dispuso a sorprender al mundo.

Sabiendo que era una posición desde la que las faltas casi siempre son centros, y viendo que David Seaman estaba esperando el balón colgado, el Gaucho buscó un lanzamiento potente hacia los tres palos. Y vaya si le salió, el cuero salió disparado de su bota derecha haciendo una parábola sorprendente.

La curva que describió el esférico sorprendió al portero inglés que, tras intentar corregir su posición, no pudo evitar el gol. No era el primer tanto que David Seaman encajaba de manera similar, y es que su imagen tras el gol recuerda al de Nayim en la final de la Recopa de 1995.

Apenas siete minutos después de colocar el cuero en la escuadra derecha del portero inglés, Ronaldinho vería la roja directa por una patada sobre Danny Mills. Esa expulsión le impediría jugar las semifinales ante Turquía y le amargaría la noche de su mejor gol.
Brasil campeona del mundo
Los cuartos de final del Mundial 2002 de Corea y Japón se disputaron un 16 de junio en el estadio de Shizuoka. Inglaterra y Brasil se enfrentaron en un duelo muy igualado que terminaría decidiéndolo Ronaldinho con un brillante gol. El 1-2 final permitía a la ‘canarinha’ jugar las semifinales contra Turquía.

Brasil conseguiría llegar hasta la final del Mundial donde se enfrentarían a la todopoderosa Alemania. Gracias al estado de forma descomunal de Ronaldo Nazario, que anotó los dos decisivos goles, acabaría convirtiéndose en pentacampeona del mundo. Una selección brasileña inigualable.