El primer tiempo de Cristiano fue notable. Siempre que tuvo el balón generó peligro, y el Atlético lo cortó como buenamente pudo, habitualmente con faltas. Cristiano se fue irritando, y cuando la grada la tomó con él, estalló.
Respondió a los gritos de “moroso” del Wanda con un simple gesto, que algunos han tomado como muy ofensivo y otros, como prueba de su elegancia. Enseñó los cinco dedos, quizá recordando que tiene cinco Champions o cinco Balones de Oro.
Un gesto que no pasó inadvertido para el Cholo Simeone, quien al verle desde su área técnica no pudo sino esbozar una media sonrisa y espetar un “que hijo pu**”, mientras negaba con la cabeza.